En Costa Rica se han identificado más de 200 focos volcánicos, los cuales pueden ser desde cráteres, conos, domos hasta cerros con características volcánicas. De todos ellos, solo se ha tenido registro histórico confiable, en los últimos 300 años, de la actividad eruptiva de los siguientes cinco volcanes: Rincón de la Vieja y Arenal en la Cordillera de Guanacaste; Poás, Irazú y Turrialba en la Cordillera Central del país. Los demás volcanes costarricenses, aproximadamente unos 15, presentan actividad secundaria o residual: fumarolas, aguas termales y enjambres de temblores.
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